Según la farmacopea europea un aceite esencial es: “Un producto odorante, generalmente de composición compleja, obtenido a partir de una materia vegetal botánicamente definida, por destilación por corriente de vapor, por destilación seca o por un proceso mecánico sin calentamiento. Un aceite esencial es separado del vapor condensado por un proceso físico que no supone un cambio significativo en su composición.”
Veamos más características:
La esencia natural producida por una planta aromática contiene una gran cantidad de moléculas aromáticas con numerosas propiedades terapéuticas. Por esta razón es bastante difícil recrearlos sintéticamente. Algunas moléculas son sintetizadas en laboratorio, por ejemplo el linalol y el eucaliptol. Un aceite esencial ya es de por sí una sinergia. Este es un vocablo que en la actualidad se emplea ampliamente. Podéis encontrar ejemplos y sugerencias de muchas de ellas. Combinar aceites esenciales nos puede dar una mayor efectividad en algunas temáticas, como en el caso de dolor, pero en muchas otras aplicaciones, un único aceite esencial será más que suficiente para tratar con efectividad diversas dolencias.
La combinación de esas moléculas, confiere a un aceite esencial la particularidad única de tratar distintas patologías o dolencias.
A temperatura ambiente son líquidos, rara vez viscosos (mirra), o cristalizados (alcanfor). A temperatura baja algunas pueden cristalizarse totalmente o parcialmente (anís, menta de campo, tomillo marroquí, rosa)
Son volátiles. Esa volatilidad es la que da su carácter odorante al aceite esencial o esencia y lo que permite el arrastre por el vapor.
Son más ligeros que el agua a excepción del aceite esencial de clavo de olor, de canela corteza y semilla de zanahoria.
No son solubles en el agua, en cambio, son totalmente solubles en aceites grasos y en alcohol.
Tienen colores diversos: verde, amarillo, rojo o incluso azul (tanacetum annuum)
Son abióticos, esto quiere decir que no son antibióticos sino que respetan el medio. Permiten la vida de aquello que debe estar en ese lugar.
EFICACIA DE LOS AE
EL AROMATOGRAMA
Es posible que cuando veamos algún libro de aromaterapia con base científica nos indiquen la efectividad terapéutica de un Ae mediante una serie de cruces "+". Eso es debido a la Aromatograma, es el sistema idéntico al antibiograma utilizado en los antibióticos.
En una placa de Petri preparada para crecimiento bacteriano se depositan unas muestras impregnadas con un aceite esencial determinado. Se mantiene a la temperatura idónea para favorecer la proliferación bacteriana (37,5º) y se depositan unas gotas de tres aceites esenciales para comprobar su eficacia. Finalmente se espera si hay desarrollo bacteriano.
Es el mismo procedimiento que se emplea para analizar la eficacia de un antibiótico. En este caso se denomina antibiograma. Como diferencia, en el aromatograma se emplean aceites esenciales con actividad antibacteriana.
El tamaño del halo (círculo) mayor es la eficacia como acción antibactericida otorgándole 3 +++ por ser más de 3mm, a los 2-3mm se le atribuyen 2 ++ y de 1-2mm se le otorga 1+.
En nuestro ejemplo, se estudió la eficacia de 3 aceites esenciales frente a la bacteria E.coli: lavanda (Lavandula angustifolia), laurel (Laurus nobilis) y orégano (Origanum compactum).
La mayor efectividad corresponde al orégano, seguido de la lavanda. La gran cantidad de moléculas activas de la lavanda le confiere propiedades relajantes, calmantes, sedantes y antidepresivas ampliamente conocidas y estudiadas pero también es un potente antiespasmódico, anti-inflamatorio y analgésico pero a la vez es antibacteriano y antiséptico, tónico y regenerante cutáneo, cicatrizante y es un antipolilla natural. Tal vez sea el aceite esencial que cubre más sistemas corporales.
Otros estudios
Rendimientos, composición química y actividad antimicrobiana de dos aceites esenciales de Argelia contra 40 cepas de Escherichia coli multirresistentes aviares .
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