HOY VAMOS A HABLAR DE LA DIFUSIÓN ATMOSFÉRICA
Las voces de alarma crecen ante los contagios por el Covid-19, se confirman fallecimientos y ya se ha declarado el estado de alarma.
Son muchos los establecimientos en los que los stocks de mascarillas y geles antisépticos están a cero. La preocupación crece y la mayoría se preguntan cómo evitar contagios.
Como muchos sabéis en el botiquín de mi casa sólo encontrareis aceites esenciales y es que con estos concentrados de la naturaleza podemos cubrir buena parte de afecciones y dolencias que se puedan presentar a nivel doméstico.
La aromaterapia puede ayudarnos en la prevención tanto actuando a nivel atmosférico, tópico como en la preparación de geles antisépticos.
Cada vez más hay estudios que corroboran la eficacia de los aceites esenciales en los tratamientos infecciosos y virales. Podéis consultar la página “pubmed” donde podréis encontrar varias publicaciones.
Hoy vamos a centrarnos en una de las vías de prevención, la difusión atmosférica.
La difusión atmosférica es un método eficaz para la limpieza de ambientes.
Ante la difusión atmosférica, pueden surgirnos distintos interrogantes. ¿Difusor, humificador? ¿Difusor en seco o con agua? ¿y si tenemos bebés en casa, o mascotas o ancianos? ¿Qué cantidad de gotas debemos utilizar? ¿Es segura la difusión? ¿Ante deficiencias respiratorias, podemos usar la difusión?
Vamos a intentar dar respuesta a todas ellas.
Disponer de un difusor en casa no sólo nos va a proporcionar un aire sin virus ni bacterias sino que además puede mejorar:
- La relajación
- La calidad del sueño
- El estrés
- La comunicación en el trabajo o la familia
- El estudio y la concentración
Empezaremos hablando de los tipos de difusores. No es lo mismo un ambientador, un humificador, un difusor o un quemador de esencias.
Un ambientador perfuma nuestro ambiente pero no tiene propiedades terapéuticas.
Un humificador proporciona humedad a un ambiente pero tampoco proporciona propiedades terapéuticas.
Un difusor permite incorporar aceites esenciales que SI nos va a proporcionar beneficios para la salud. Como hemos comentado en líneas superiores, tanto nos pueden beneficiar para conseguir un estado de relajación como facilitar la concentración y especialmente sanear nuestro ambiente. Cuando algún miembro del entorno familiar contrae una enfermedad viral o bacteriana, los microorganismos circulan libremente por el aire. No es suficiente una buena ventilación sino que además tenemos que purificar el ambiente. Utilizar aceites esenciales, especialmente cítricos, pinos y abetos en un difusor o incorporados a un spray que fácilmente podemos preparar en casa nos va a ayudar a mantener el aire de nuestro hogar libre de patógenos.
Pero vamos a ver qué difusores podemos encontrar en el mercado.
a) Difusores por ultrasonido.
b) Nebulizadores
La función de un difusor de agua o uno seco es la misma: difundir los aceites esenciales en el ambiente.
a) Difusores por ultrasonido.
Funcionan con agua y ondas ultrasónicas que no son nocivas ni para la salud de los humanos ni de los animales de compañía. Estas ondas rompen las moléculas de los aceites esenciales y así se difunden en el ambiente.
Generan una bruma, no vapor pero humidifican ligeramente el ambiente.
¿Qué cantidad de gotas pondremos en el difusor? Estos aparatos suelen cubrir recintos de hasta 30m2. Para estos casos unas 10 gotas en total serán suficientes. Para espacios más amplios, podemos aumentar has 20-30 gotas y para espacios más reducidos podemos reducir el número de gotas a 5-6.
b) Nebulizadores
La difusión por nebulización es una difusión en frío sin agua. Los aceites esenciales se usan sin diluir.
La concentración de moléculas en el ambiente es superior pero ambos modelos son altamente eficaces.
¿Qué cantidad de gotas pondremos en el difusor? Podemos cubrir recintos de hasta 50-70m2. Emplearemos unas 25-30 gotas en total. Si el recinto es más pequeño podremos utilizar 15 gotas.
En ambos casos es aconsejable no tener el difusor siempre encendido. Podemos ponerlo en marcha en períodos de 30-60 minutos unas 3 veces al día. En estas fechas de alto contagio, podemos ponerlo en marcha 4-5 veces al día.
En el caso de bebés y niños menores de 6 años, disminuiremos la cantidad de gotas, 3-4 y seremos más estrictos en el período de actividad, media hora será suficiente. Es aconsejable no dejar el difusor durante toda la noche encendido. Pondremos el aparato en marcha durante media hora y antes de que el bebé entre en la habitación, cerraremos el difusor.
¿Es importante la calidad de los aceites esenciales si los empleamos en un difusor?
Siempre que trabajemos con aceites esenciales es sumamente importante trabajar con productos de calidad. Las finas moléculas de los aceites tras una aplicación tópica penetran al torrente sanguíneo rápidamente. Lo mismo ocurre tras su inhalación. Debemos ser conscientes de qué productos aplicamos en nuestro cuerpo. Utilizar aceites de baja calidad comportará que circulen tóxicos en nuestro organismo, al igual que ocurre cuando nos aplicamos u olemos productos sintéticos y químicos que solemos usar en nuestra higiene personal.
¿Qué aceites esenciales podemos emplear en un difusor?
Para la purificación de ambientes son aconsejables cítricos, pinos y abetos principalmente.
El más que conocido árbol del té (Melaleuca alternifolia) por sus múltiples aplicaciones también es un gran antiséptico pero su olor no nos puede resultar tan agradable en difusión. Podemos emplear un limón (Citrus limonum), una naranja dulce (Citrus sinensis), un pomelo (Citrus paradisii), un pino silvestre Pinus sylvestris, un abeto balsámico (Abies balsamea), un helicrisum de Madagascar (Helichryssum gymnocephalum) o eucalipto radiata (Eucalyptus radiata).
No usar nunca en difusión aceites dermocáusticos como canelas, tomillos, clavos, mentas y oréganos. Tampoco usar en difusión aceites procedentes de resinas puesto que su gran viscosidad dificulta la difusión.
¿Si no disponemos de difusor, podemos emplear otro método para difundir aceites esenciales? Si, podemos preparar fácilmente un espray. Lo veremos en un próximo post. Nota importante, no emplear quemadores. Sabemos de la alta volatilidad de los aceites esenciales. Si quemamos unas gotas de aceite esencial podemos apreciar su aroma pero perderemos completamente su valor y capacidad terapéutica. Un buen aceite esencial NUNCA lo quemaremos, lo inhalaremos directamente del frasco, lo pondremos en difusión, lo aplicaremos tópicamente, confeccionaremos un perfume, un preparado terapéutico pero nunca ponerlos en un quemador si queremos aprovechar todo su potencial.
¿Hay contraindicaciones en el uso de la difusión? Los aceites esenciales indicados no comportan contraindicaciones en grupos especiales como bebés, embarazadas, madres lactantes, epilepsia, asma y afecciones respiratorias. En el caso de animales domésticos, los aceites antisépticos recomendamos tampoco comportan problemas. Lo único que puede ocurrir, especialmente en gatos es que el aroma no les agrade y abandonen la habitación pero no comporta ningún riesgo para su salud.
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