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DIA MUNDIAL DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS


Cuidar de la calidad de vida en nuestros momentos finales es uno de los retos que la sociedad y la familia se enfrenta.


Desde hace unas décadas, la OMS promueve el desarrollo de los cuidados paliativos. Si bien en un principio estaban enfocados a pacientes oncológicos, dichos cuidados se han extendido a otras enfermedades terminales para aliviar el dolor que pueden padecer. Pero tenemos que pensar no sólo en el dolor físico, sino también en intentar disminuir el dolor emocional que en ocasiones puede suponer enfrentarse a la muerte.

Sabemos que además de proporcionar un cuidado físico, el contacto, la atención, la compañía, el cariño y el afecto son primordiales. Todo ello podemos encontrarlo a través de un masaje.


Es ésta una forma de cuidado paliativo de gran efectividad. Masajes suaves en los que el tacto es tan importante como las sustancias empleadas.


Los aceites esenciales con sus propiedades relajantes, antiinflamatorias y calmantes junto a una base de aceite vegetal como el árnica o el hipérico contribuyen a mejorar la sensación de dolor.


Para preparar un aceite de masaje para cuidados paliativos, basta con un porcentaje bajo de aceites esenciales. Cuando tratamos dolor en aplicaciones tópica podemos elaborar preparados que abarquen desde un 20% a un 50% en función de la dolencia y grado de dolor. Sin embargo, cuando hablamos de masajes en cuidados paliativos, un 5% será suficiente.


Hay aceites esenciales que acompañan en los procesos de traspaso. Ayudan a enfrentarse de forma serena al final de vida, además de contar con propiedades antiinflamatorias. Los aceites de mirra, incienso o ciprés son específicos para ello. Las resinas de incienso o mirra proporcionan un aroma que nos arropa y favorecen la introspección. Podemos acompañarlos con un aceite antálgico como el ylang ylang o la lavanda, que posee propiedades calmantes.


Una propuesta podría ser la siguiente:


En un envase de 50ml, si calculamos el 5% de aceites esenciales, tendríamos un total de 2,5ml. Si no disponemos de pipeta, podemos convertirlo a gotas y será mucho más práctico. Si sabemos que según la farmacopea europea un ml son 20 gotas, el total de 2,5ml corresponderán a 50 gotas, que repartiremos entre los aceites esenciales de este modo:


Ae de lavanda (Lavandula angustifolia) 18 gotas

Ae de mirra (Commiphora molmol) 12 gotas

Ae de incienso (Boswellia carterii) 12 gotas

Ae de ylang ylang (Cananga odorata) 8 gotas

Arnica, 47,5 ml


Aplicar en forma de masaje suave, lento y muy cariñoso.

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