Me gusta pasear por Barcelona. Me he "reencontrado" con mi ciudad en la edad adulta, más bien diría en mi madurez. Pasear por el caso antiguo, por sus barrios medievales, por las callejuelas estrechas, húmedas y a veces sombrías para perderse por los barrios del Gòtic, de Ribera i el Born, Ciutat Vella y la Barceloneta, es como transportarse a otro tiempo y a otra ciudad que nada tiene que ver ni tampoco envidiar a la bulliciosa, moderna, actual y cosmopolita Barcelona.
En el deambular, sin destino premeditado y tan solo pasear por el placer de descubrir nuevos, para mi naturalmente, rincones, descubrimos un taller sin igual. Joyas espectaculares, magníficas, únicas. Su autor, Miquel Barberà, nos introdujo en su espacio, decorado con una exquisitez, elegancia y originalidad que dentro del marco del espacio del Gòtic realzan la belleza de sus creaciones. Joyas exclusivas, de gran belleza que estarías contemplando sin que apenas notaras el paso del tiempo. Así nos ocurrió. Su conversación amena e instructiva contribuyó a ello y a admirar la belleza de las joyas.
Al contemplarlas, me vino a la mente la singularidad que todos y cada uno de nosotros aporta al mundo. Todos somos como esas preciosas gemas, amorosa, ingeniosa e artísticamente engarzadas, creando espectaculares joyas. Encontrar esa belleza, ese valor intrínseco, esa originalidad en cada uno de nosotros no es tarea fácil pero no imposible y debemos avanzar día a día en ese empeño para descubrir ese gran valor que todos nosotros albergamos, muchas veces, desconocido a nuestros propios ojos.
Mi fascinación por los aromas hizo que mi atención también se centrara en el incienso de gran calidad que quemaba en el taller. Una simbiosis de aroma, música y la belleza de las gemas junto a una agradable, interesante y enriquecedora conversación. Gracias Miquel Barberà por tu dedicación. Un auténtico placer. www.habitatbcn.com
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