La calidad de los perfumes que se elaboraban en Egipto dio al País del Nilo gran fama en todo el Mediterráneo.
Plinio fallecido el 79 dC nos dice ):”De todos los países, Egipto es el más apto para producir perfumes”.
USOS DEL PERFUME
- Símbolo de estatus social
- Cuidado personal
- Perfumar prendas de vestir
- Rituales religiosos y funerarios
- Salud
- Momificación
Si bien todas las clases sociales eran usuarios de perfumes, como ha ocurrido en todas las civilizaciones y como ocurre hoy en día, hay productos de distintas calidades y coste y los perfumes seguían la misma línea. Las clases adineradas disponían de perfumes elaborados con componentes de importación, más aromáticos y obtenidos de distintas combinaciones o sinergias. Las clases menos favorecidas empleaban perfumes más simples a base de maceraciones de plantas en grasa o aceite.
Por tanto, el perfume era un símbolo de identidad del estatus social al que pertenecían.
Una de lasa sustancias más utilizadas era la mirra, que además se utilizaba para purificar, limpiar la piel, elaborar medicamentos o en la momificación.
Podemos ver representaciones en los que los asistentes a fiestas llevan en la cabeza un cono perfumado que se va derritiendo con el paso del tiempo. Hay dos teorías acerca de su finalidad. Una sería la descrita anteriormente, un signo de distinción y otra que aboga por la idea de que era la forma en la que tenían de representar un aroma, és decir, que el usuario iba elegantemente perfumado. Ambas teorías si nos conformarían la importancia del perfume en la sociedad Egipcia.
Estas fiestas y banquetes también estarcían aromatizadas con aromas de mirra, incienso y terebinto calentados en recipientes para que se desprendieran su perfume. También podían encontrar en el suelo o en las mesas pétalos de flores sobre todo rosas, flores de loto y azafrán.
La elaboración de perfumes estaba asociada a la fabricación de frascos de alta calidad de materiales como fino alabastro, fayenza –una especie de loza azulada brillante– o vidrio decorado con líneas de colores sobre un fondo preferentemente azul oscuro. Tal era su importancia y valor que eran depositados en las tumbas para el viaje al más allá de su usuario.
El gran valor que se les daba a los perfume se puede constatar en el texto en el que figura una recomendación que un padre hace a su hijo en las Enseñanzas de Ptahhotep, una colección de proverbios morales de la dinastía V (hacia 2400 a.C.):
“cuando prosperes y fundes tu familia, ama mucho a tu esposa, aliméntala, vístela, úntale el cuerpo con ungüentos...”
Otro de los usos fue el dedicado a las ceremonias que se llevaban a cabo en los templos y unciones de estatuas de dioses . Se empleaban toda clase de ungüentos y fumigaciones, elaborados con resinas o con preparados como el kyphi. El historiador Plutarco (nacido el año 40 d C) cuenta que se quemaba incienso por la mañana, mirra al mediodía y kyphi por la tarde.
Un pasaje de los Textos de las pirámides dice: «Oh Rey, he venido y te traigo el Ojo de Horus que está en su recipiente y su perfume está sobre ti, oh Rey. El perfume está sobre ti, el perfume del Ojo de Horus está sobre ti, oh Rey, y tendrás un alma a través de él…».
¿QUÉ AROMAS ERAN LOS MÁS COMUNES?
Para obtener los perfumes, los egipcios utilizaban flores autóctonas como el narciso, el lirio o el iris, el mirto, el loto blanco y sobre todo, la flor de loto azul. También se utilizaban flores de distintas variedades de acacia, además de plantas aromáticas como la menta, la mejorana, el eneldo y juncos olorosos. También se usaban las flores de alheña, la raíz de la espina de camello (un tipo de acacia) y los dedales del fruto del balanito (el datilero del desierto (Balanites aegyptiaca).
También adaptaron flores como la rosa, o el loto rosa, introducido por los persas. Gracias a las rutas de las caravanas llegan también el styrax, una resina olorosa de un árbol parecido al membrillo, el nardo, el azafrán, la resina balsámica del terebinto, de la que se obtiene la trementina pura. El mastic o la resina del lentisco.
Se importaban plantas como el jazmín de la India, que tiene una flor blanca y muy olorosa; especias como la canela y el azafrán, y un gran número de sustancias resinosas. Como el incienso, la mirra, el bálsamo de la Meca o también llamado bálsamo árabe, las resinas de coníferas como algunos pinos y el terebinto (terebinto es el nombre común de la cornicabra).
En cuanto al uso dedicado a la salud y momificación, podréis ver un nuevo en breve.
COMO PREPARABAN LOS PERFUMES
En el antiguo Egipto los perfumes se preparaban en base de aceites o grasas. Todavía no se usaba el alcohol con esta finalidad. Eran por tanto perfumes en forma de ungüentos, densos y con olores que para nosotros resultarían excesivamente fuertes.
Podían quemar las sustancias resinosas y olorosas en las bases de aceites para conseguir un aceite perfumado.
Otra forma de obtener las sustancias olorosas era macerar las partes de la planta en un aceite vegetal, como los aceites de sésamo, almendra, olivas, lino, el balanos que obtenían del fruto del balanito (el datilero del desierto (Balanites aegyptiaca) , o el aceite baq, que extraían de la nuez ben, que es el fruto del árbol moringa, que crece en Egipto aún hoy en día. El baq tenía la ventaja de ser inodoro, no se ponía rancio y fijaba y conservaba bien los aromas.
Aproximadamente 2000 años a C es cuando empieza a utilizarse el aceite de oliva, como base en la elaboración de perfumes.
Otro de los métodos de obtención de perfume era exprimir las sustancias olorosas entre dos varas que giran en direcciones contrarias.
Prensado de lirios por torsión para recoger su jugo en un recipiente. Siglo IV a.C. Museo del Louvre. París.
También podían seguir un método de maceración equivalente al enfleurage, es decir, superponer capas de grasa animal como por ejemplo de buey o de pato con pétalos de flores para que quedase impregnada de su aroma. Una vez filtrado el preparado, podrían repetir la operación hasta conseguir el aroma deseado. Como fijador solían emplear la espata de palmera datilera, según menciona Dioscórides. Con el tiempo fue utilizado el vino de palma.
Los autores de la Antigüedad nos revelan las recetas de composición de muchos de ellos. Plinio, por ejemplo, escribía: «Muy sutil es el perfume de henna (alheña), que lleva henna, omphacium (aceite de aceitunas que no han madurado), cardamomo, lirio amarillo, aspálato, abrótano; algunos perfumistas le añaden juncia, mirra y pánace».
Dioscórides explica cómo se elaboraba el llamado metopion, que contenía resina de gálbano, además de almendras amargas, omphacium, cardamomo, junco oloroso, cálamo aromático, miel, vino, mirra, carpobálsamo (bálsamo de Judea o La Meca) y resina. Sin embargo, el más famoso de todos era el perfume de lirio, el sousinon o lirinon (dos nombres dados al perfume de lirio).
Según Dioscórides otro perfumes con gran fama era el mendesio, fabricado en la ciudad de Mendes en el delta del Nilo, cuyos ingredientes eran el aceite de balanito, mirra, casia y resina.
CLEOPATRA Y LOS PERFUMES
Según la perfumista estadounidense Mandy Aftel, la reina Cleopatra poseía su propia fábrica de perfumes, para poder crear fragancias exclusivas para ella. Se dice que antes de acudir a la entrevista con Marco Antonio en Tarso hizo rociar las velas de su barco con tanto perfume que el general romano supo, antes de verlo, que el navío real estaba acercándose a puerto.
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