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¿ERAN PRESUMIDOS LOS EGIPCIOS?

BELLEZA EN EL ANTIGUO EGIPTO. CUIDADO DEL CABELLO




Hombres y mujeres cuidaban especialmente su cabello.


Gracias a la conservación del cabello en numerosos cuerpos (tanto momificados de forma artificial como los momificados de forma natural al ser enterrados en la arena), los estudiosos han podido observar cómo arreglaron y adornaron su pelo los antiguos egipcios. Otra fuente de información son los papiros, con sus poemas y sus recetas médicas y los textos del historiador griego Herodoto que vivió en el siglo VI a.C.


El pelo y sobretodo las pelucas, tenían connotaciones estéticas pero también eróticas y de seducción. En este último sentido podemos encontrar el siguiente texto en “El cuento de los Dos Hermanos, en el papiro D´Orbiney, escrito en hierático durante la XIX Dinastía y dice:


“Ven, vamos a disfrutar de unos momentos de amor y a dormir juntos, ¡desata, suelta tus trenzas! ¡ponte tu peluca!”


En el papiro Harris, una joven se avergüenza por haber acudido al encuentro de su amado con el pelo un poco descuidado por las prisas:


“Mi corazón pensó en mi amor por ti cuando la mitad de mi pelo estaba trenzado, vine a toda prisa a buscarte y descuidé mi peinado. Ahora, si me dejas terminar de trenzarlo estaré lista en un momento”


Ambos sexos se preocupaban de:

- Perfumarlo

- Darle volumen

- Evitar la calvicie

- Eliminar las canas

- De sus pelucas y extensiones


Estos cuidados podemos encontrarlos en la actualidad. Si bien en la época actual las pelucas han caído en desuso, excepto en los casos en los que los tratamientos contra el cáncer han provocado una caída total del cabello, las extensiones son empleadas con la misma finalidad que miles de años atrás se servían los egipcios, para conseguir una mayor volumen del pelo natural o bien para disimular la falta de cabello en algunas zonas del cuero cabelludo.


Las pelucas protegían el cuero cabelludo afeitado. Esta era una solución higiénica ante el calor de la zona y eran una buena opción puesto que permitían proteger y a la vez traspirar el cuero cabelludo.


Tanto las pelucas como las extensiones se confeccionaban con cabello natural, que normalmente se compraba. Para fijarlas, utilizaban tejidos y nudos sobre el cabello o bien aplicaban cera de abejas y resina calientes sobre el cuero cabelludo que se endurecían al enfriarse.


"El cabello humano era de suma importancia en el antiguo Egipto tanto para los ricos como para los pobres de ambos sexos; era un medio de autoexpresión", comenta Joan Fletcher, egiptóloga de la Universidad de York, en Inglaterra.


Si bien muchos conciudadanos se afeitaban la cabeza, se han encontrado algunas estatuas en las que se aprecia un mechón de cabello natural debajo de la peluca. Este hecho nos lleva interpretar que no siempre la pelucas substituían el pelo natural, sino que eran un complemento tanto estético como erótico.


Las canas y la calvicie era una gran preocupación. Para cubrir las canas, empelaban tintes naturales como la henna vegetal o alheña que da al pelo un tono rojizo. (La henna es el polvo vegetal que logramos al triturar la hoja seca y el pecíolo de un arbusto denominado Alheña (Lawsonia inermis L.).


La calvicie era tratada como el signo de la vejez y ésta a su vez, aparece en los papiros médicos. Para los egipcios, si se eliminaban los síntomas, desaparecería la “enfermedad”.



FORMULA PARA HACER CRECER EL CABELLO


En la actualidad es conocida la propiedad del aceite de ricino para hacer crecer el cabello. Sobre todo se recomienda para fortalecer las pestañas y las cejas. Pues encontramos en el papiro de Ebers una fórmula para conseguir una melena más frondosa:


“… el cabello de una mujer se vuelve más tupido gracias a la semilla del ricino. Triturar, reducir a pasta y transformar en aceite. Entonces la mujer se untará con él la cabeza”.

Alguna fórmula no tendría mucho éxito hoy en día:


“remedio para hacer crecer el cabello a un calvo: grasa de león, grasa de hipopótamo, grasa de cocodrilo, grasa de pato, grasa de serpiente y grasa de antílope. Reducirlos a pasta y untar la cabeza calva”.


Como hemos visto en otros artículos, los perfumes eran productos indispensables en el cuidado diario y sobre todo en las fiestas de las élites.

Hay representaciones donde se encuentran principalmente conos perfumados de grasa aromatizada con mirra sobre las cabezas cubiertas con pelucas de los asistentes a fiestas de cierto estatus social. Al derretirse, perfumaban el pelo. Si bien, existe una controversia en relación a la veracidad de este hecho. Hay estudiosos que opinan que podría ser una representación gráfica para indicar que las pelucas eran perfumadas.


El papiro de Ebers también incluye fórmulas para evitar que el pelo se vuelva canoso. Algunos de los componentes nos resultan curiosos y no se ha encontrado evidencia científica que corrobore su eficacia ante este tratamiento. Sí sabemos que las formas y el color de ciertos componentes procedentes de minerales o animales se asociaban a su eficacia. Así por ejemplo, emplear pelo procedente de animales o partes o ciertos animales que se les reconocen su fuerza e incluso minerales de color oscuro eran relacionados con la fortaleza del cabello.


Veamos alguna fórmula:


“sangre de un buey negro mezclarla con aceite y untar la cabeza, … vísceras de peces y órganos genitales de una hiena. PEbers”



Ante esta solución, para nosotros es mejor teñirse el pelo con henna. Es un tratamiento más fácil de aplicar, más fácil de adquirir, más económico e higiénico.



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