No podemos hablar de Egipto sin hablar de momificación. Tal vez sea el rasgo más característico que a nivel popular se conoce de los egipcios.
Para los egipcios existía vida después de la muerte y ésta solo era posible si perduraba su cuerpo. Para ello, en función del estatus social y de la capacidad económica, podía distinguirse distintos tipos de momificaciones. Al igual como ocurre hoy en día, hay ofertas de productos para todas las economías. El faraón, su familia y las élites aristocráticas momificaban sus cuerpos con sofisticados procedimientos que han permitido que sus cuerpos llegaran a nosotros después de más de 4000 años.
Herodoto explica tres tipos de embalsamiento. El primero era el utilizado por la familia real y los aristócratas más adinerados. Un segundo proceso al alcance de la mayoría de la población y un tercero en el que eran momificados de forma natural al ser enterrados en el suelo. Esto era posible gracias a la acción de la temperatura de la zona, la sequedad del clima y el tipo de subsuelo. Diodoro habla de su precio, un talento de plata para el primero y veinte minas para el segundo. Sobre el tercero sólo nos dice que era muy barato.
Las “Casas de la Muerte” eran los centros especializados en la momificación cercanos a las orillas del Nilo. Diodoro de Sicilia comenta que este gremio especializado tenía un prestigio similar al de los sacerdotes. Además de esta práctica, transmitida de generación en generación se encargaban de la celebración de los funerales y de las ceremonias de culto.
Los pasos principales de la momificación, luego de lavar y purificar el cuerpo, eran los siguientes:
Extraer el cerebro, posiblemente usando un procedimiento para licuarlo
Extraer los órganos internos
Colocar el cuerpo en natrón, una sal natural para desecarlos
Recubrir el cuerpo en la receta para embalsamar con el fin matar las bacterias y sellarlo
Envolver el cuerpo en vendas de lino o sudario
Vamos a desarrollar este sofisticado proceso y podremos ver cómo los aceites, ungüentos, resinas, bálsamos y otras sustancias eran los productos necesarios para obtener una momificación de calidad.
En estas series he hablado de distintos usos de los aceites pero el embalsamamiento es el máximo exponente de la capacidad antibacteriana, higiénica, y de conservación de determinados aceites que alcanzaban precios altísimos que estaban solo disponibles para una élite. La mirra y el incienso llegaron a ser monedas de cambio y las largas caravanas que traían estos preciados productos enriquecieron a muchos comerciantes. Se habla que la reina Hatshepsut llegó a tener una montaña de mirra al lado de su palacio.
¿CÓMO SE LLEVABA A CABO LA MOMIFICACIÓN?
Herodoto, historiador griego nacido el 484 a. C nos cuenta:
· El primer paso consistía en limpiar al difunto.
El difunto se colocaba sobre una mesa de alabastro que tenía un desagüe.
· A continuación pasaban a extraer el cerebro a través de las fosas nasales. Se rompía el tabique nasal y con la ayuda de un punzón de hierro o bronce terminado en forma de gancho era posible extraer este órgano.
Los egipcios daban poca importancia al cerebro. Ellos pensaban que el centro de inteligencia no era el cerebro, sino el corazón porque sabían que desde allí salían una serie de ramificaciones a todo el cuerpo y creían que mandaba sobre todo nuestro sistema.
Existía otra variante consistente en perforar el cráneo por la zona parietal pero esta práctica no era frecuente.
Herramientas de la momificación
· La siguiente fase consistía en la evisceración del tronco.
Se realizaba un corte de aproximadamente 86 mm con un cuchillo de obsidiana (roca volcánica muy dura) o de bronce.
Primero se extraían los intestinos, luego el estómago, a continuación el hígado y finalmente, rompiendo el diafragma extraían los pulmones. El corazón lo dejaban en el cuerpo para el juicio de Osiris.
En el caso de momificaciones de la realeza, más costosas y sofisticadas, las vísceras extraídas también se conservaban. Se introducían en los denominados vasos canopes rellenos de natrón, junto a esencias, resinas y perfumes para lograr su conservación.
· Para poder mantener el cuerpo, una vez extraídos los órganos internos, la cavidad abdominal se lavaba con vino de palma (extraído de la fermentación de la savia de la “Phoenix Dactylifera” o Palmera Datilera, muy abundante en Egipto, con propiedades medicinales) y diversas especias.
· Seguidamente se rellenaba el espacio dejado por el cerebro y el resto de los órganos con mirra, incienso, aceite de cedro y otros perfumes. Antes de vendar el cuerpo, se taponaban los oídos, fosas nasales, boca y el corte utilizado para la evisceración. con cera de abeja.
· Seguidamente el cuerpo se mantenía durante dos meses (70 días) en una solución de natrón.
El natrón es una sal que absorbe la humedad constituyendo un desecante muy eficaz en la momificación. Necesitaban unos 300 kg para momificar y desecar a un cuerpo de unos 80 kg.
Según Pierre Montent el natrón era un artículo muy utilizado por los egipcios además del embalsamiento, en las tareas cotidianas, fundamentalmente en la limpieza de la vivienda y en la producción de cierta cerámica.
Esta práctica permitía deshidratar completamente los tejidos y evitar la proliferación de bacterias. De forma simultánea, el cuerpo era puesto al sol para facilitar el secado. El resultado final era un esqueleto recubierto por un pellejo amarillento (aunque con el tiempo el color se tornaba grisáceo.
· Transcurridos los 70 días, el cuerpo se volvía a limpiar, se desinfectaba sobre todo el interior con un vino de palma, hecho con dátiles, con alto contenido alcohólico. Se impregnaba con aceites y resinas para darles flexibilidad y eliminar la rigidez que la deshidratación provocaba y se rellenaba el interior con incienso natural y mirra, para evitar el posible mal olor si había quedado algún líquido en el interior por la descomposición. La resina que se utilizaba servía también para sellar los vendajes.
· Finalmente el cuerpo era envuelto con fibra de lino impregnada en goma y resina. Se empezaba por envolver los dedos quede forma independiente. Seguían por los miembros superiores e inferiores y acababan por el tronco y cabeza. Después volvían a vendar los dedos juntos, los brazos junto al cuerpo y los pies también si bien previamente se les había calzado unas sandalias.
· Mientras se acababa de vendar la momia, un sacerdote entonaba dos oraciones especiales, una dedicada al difunto y otra, para la deidad protectora.
La familia era la que traían la ropa de lino con la cual harían las tiras de las vendas. Incluso podría ser ropa que hubiera llevado el propio difunto. Entre las diferentes capas de tela de lino se depositaban amuletos, como el ojo de Horus y el escarabajo.
Según indica Montet, una vez acabado el proceso, se adornaba la momia con
pectorales, collares,amuletos y anillos y otras joyas. Entre las piernas le colocaban el “Libro de los muertos”, con sortilegios y oraciones para transitar hacia el otro mundo.
De forma anual las momias eran perfumadas en una ceremonia asistida por un sacerdote si el recinto no había sido sellado. En caso contrario, se efectuaba de forma simbólica.
Cuando la tumba de Tutankamón fue descubierta, allá por el año 1922 se hallaron en su interior varias ánforas y recipientes que habían contenido bálsamos y pomadas.
Libro de los Muertos
Herodoto nos relata que había otras momificaciones más económicas que no requerían la extracción de las vísceras. Se inyectaba en el cuerpo aceite de cedro y trementina a modo de enema. Si bien inicialmente se dudaba de la veracidad del procedimiento, ha sido posible comprobar que este enema si es capaz de disolver los órganos internos.
He hablado del natrón, de resinas, de ungüentos per veremos qué sustancias se empleaban en la medicación.
Pero ¿Qué es el natrón? Se trata de carbonato sódico (CO3 Na2.10 H2O) que se encontraba disuelto en las aguas de algunos lagos como los del Valle del Natrón (Uadi natrun) próximo al Río Nilo, el Lago Birket-Karum (El Fayum) o de los oasis vecinos a los lagos de Natrón. En ocasiones los egipcios introdujeron los propios cadáveres que querían embalsamar, en alguno de estos diez Lagos de Natron (Ued-en-Natrum), para que se quedaran como en salmuera los 70 días prescritos por la técnica.
En el proceso de embalsamamiento, los artesanos especializados utilizaban los siguientes productos, desde cera de abeja, casia, cinamomo, pino, semillas de abeto, mirra, incienso, canela, aceite y resina de cedro (o de enebro), flores de acacia, goma, henna (polvo de un arbusto espinoso usado en el tinte de los cabellos), bayas de enebro, cebollas, vino de palma, resina, aserrín, la pez (residuo de la destilación del alquitrán), betún y el natrón, que era esencial. Varios de esos productos venían del extranjero, en particular la pez y la brea, extraídos de los abetos del Líbano.
Bolsa de antiguo natrón egipcio. Wikipedia
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