El pasado mes de mayo en La Contra de La Vanguardia se publicó un interesante artículo sobre el shinrin-yoku.
El Dr. Qing Li, inmunólogo, director de la Sociedad Japonesa de Medicina Forestal investiga como el ‘Shinrin-Yoku’ (baños de bosque), puede ser una medicina de la humanidad. El título del artículo “Los baños de bosque potencian el sistema inmune”, es muy sugerente. Ha demostrado que pasar tiempo rodeados de árboles nos beneficia. Los baños de bosque, forman parte del Programa de Salud Nacional de Japón, con 62 bosques incluidos y guías terapeutas especializados en ellos.
El "baño de bosque" ha demostrado su eficacia para mejorar la calidad de vida y en Japón es una práctica habitual y recomendada por las autoridades sanitarias.
A la pregunta de por qué nos sana los paseos por el bosque, el Dr. Qing argumenta que previenen algunas enfermedades al disminuir notablemente la hormona del estrés, causante de muchas disfunciones. Como otros beneficios, señala que reduce la tensión arterial y el azúcar en sangre, mejora la salud cardiovascular y metabólica, la concentración, la memoria y el umbral del dolor.
A raíz de sus investigaciones, el Dr. Qing ha descubierto que el Shinrin-Yoku también potencia el sistema inmunitario al aumentar el número de las células NK (células asesinas) y la producción de proteínas anticancerígenas. Observó que tras pasar tres días y dos noches en el bosque, las células NK de los participantes aumentaron un 50%, y su actividad, un 52,6% junto con el aumento de la presencia de proteínas anticancerígenas.
El efecto beneficioso tras pasar tres días y dos noches, ha sido de una duración de hasta 30 días, mientras que si sólo vas a pasar 1 día, el efecto es de una semana.
Para que el paseo por el bosque tenga una actividad beneficiosa, deben ser bosques con una densidad de árboles grandes y viejos.
La palabra Shinrin-Yoku proviene del japonés y significa literalmente “Baño de Bosque”. Japón y Korea han sido los pioneros realizando diferentes estudios científicos sobre bosques maduros, es decir, cuyos árboles tengan un mínimo de 100 años.
Al adentrarnos en un bosque de árboles centenarios, olemos las esencias que éstos desprenden, de las que posteriormente se pueden extraer los a.e.. Estas esencias aromáticas son las responsables de varias funciones dentro del reino vegetal, como:
- Alejar otras especies vegetales para su mejor subsistencia
- Atraer insectos y que se realice la polinización
- Comunicarse entre los árboles de la misma especia
- Es una forma de curación y sanación para los mismos árboles
- Alejar insectos dañinos para su supervivencia
Estas esencias y en general, nuestra presencia silenciosa, atenta, relajada entre los árboles centenarios nos ayudarán a:
- mejorar la capacidad respiratoria al ser sustancias broncodilatadoras
- potenciar el sistema inmune
- mejorar el estado de ánimo
- mejorar el descanso
- aumentar nuestra energía vital
- reducir el ritmo cardíaco
- incrementar la actividad intestinal
- descender la presencia de la hormona del estrés, el cortisol, relacionada con un gran número de patologías como dolor de cabeza, presión sanguínea alta, problemas de corazón, cutáneos y asma entre otros. Un exceso de cortisol puede aumentar el riesgo de padecer ansiedad, depresión, enfermedades cardíacas, aumento de peso y déficit de memoria y concentración.
En definitiva, el Baño de Bosque es una práctica saludable que además de ayudarnos a mantenernos en buen forma física, también nos va a ayudar a relajar el cuerpo y principalmente la mente.
Con nuestra meditación recrearemos el ambiente de un frondoso bosque de pinos y abetos gracias a los aceites esenciales. La respiración, la toma de contacto con nuestro cuerpo, nuestras sensaciones, los aromas con sus propiedades físicas, emocionales y energéticas y la meditación guiada, nos transportarán a un entorno de paz y armonia.
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