Al empezar cualquier actividad es posible que se cometan errores por la inexperiencia o la falta de conocimientos sólidamente adquiridos.
Al iniciar nuestra formación abordaremos las equivocaciones o confusiones que suelen ocurrir cuando se utilizan los aceites esenciales por primera vez o bien cuando se usan sin un conocimiento sólido.
QUE NO DEBEMOS HACER AL EMPLEAR ACEITES ESENCIALES
1. Pensar que los aceites esenciales al ser productos naturales tiene poca actividad terapéutica
Nos decía Paracelso: “Todo es veneno, nada es veneno. Todo depende de la dosis”.
Es una opinión generalizada que las plantas son una buena alternativa para la salud pero que su efectividad es menor puesto que se necesitan tratamientos prolongados para notar una efectividad. En consecuencia también se piensa que como los aceites esenciales se obtienen de plantas, su efectividad también tiene que ser reducida.
Nada más lejos de la realidad. Sí es cierto que se obtienen a partir de plantas aromáticas pero cada vez más estudios científicos demuestran sus propiedades antivirales, inmunoestimulantes, bacterianas entre otras muchas.
2. Pensar que las dosificaciones que se emplean con los aceites esenciales al ser bajas podemos aplicarnos una mayor concentración para que su efectividad sea mayor
Tenemos que tener en cuenta que los aceites esenciales se obtienen por destilación al arrastre de vapor y que obtenemos sustancias aromáticas altamente concentradas y de gran efectividad.
Un elemento que nos puede proporcionar luz al respecto es el rendimiento en kg, es decir, la cantidad de planta necesaria para obtener un litro de aceite esencial.
· Melisa: 4.000 a 12 000 kg
· Rosa: 4000 kg de pétalos de rosas
· Siempreviva: 1000 kg de sumidades
· Lavanda: 150 kg de sumidades
· Lavandín grosso: 50 kg de sumidades florecidas
· Eucalipto radiada: 40 kg de hojas
· Clavo de olor: 7 kg de capullos
Estas cantidades de kg nos demuestra la concentración que existe en una sola gota de aceite esencial.
3. Emplear agua para limpiar el exceso de aceite esencial o enjuagarnos con agua si penetran unas gotas de aceites esenciales en los ojos.
Los aceites esenciales no son solubles en agua pero si en aceites vegetales, mantecas o gel de aloe vera. Es fácil que utilizando aceites, sin darnos cuenta nos frotemos los ojos. Si por accidente se introduce un poco de aceite esencial en los ojos, no emplearemos agua puesto que no los arrastrará, sino el aceite vegetal que tengamos a mano, como puede ser el aceite de oliva que en nuestros hogares siempre está presente. También es adecuado el de almendras dulces, avellana, sésamo o cualquier otro que sea vegetal, no mineral. De esta forma, el aceite esencial se disolverá en la base y podrá ser arrastrado y eliminado.
4. Incorporar al agua de la bañera aceites esenciales puros sin diluir
Recordemos que los aceites esenciales no son miscibles en agua. Al igual que ocurre con los aceites vegetales, los aceites esenciales que se incorporan al agua también quedan en la superficie. ¿Qué ocurre entonces? Pueden dañarnos la piel.
Siempre utilizaremos una base en la que los diluiremos y posteriormente la pondremos en el agua de la bañera. Puede ser leche, leche en polvo, gel de ducha, sal o un solubilizante que adquiramos específicamente para esta función.
5. Aplicar aceites esenciales en las mucosas
Nunca y bajo ningún criterio aplicaremos aceites esenciales en las mucosas. Son zonas muy delicadas y aunque empleemos aceites esenciales no dermocaústicos, tampoco deben emplearse. La alta concentración de estas sustancias las hace inadecuadas puesto que nos quemarían. Por lo tanto, no nos aplicaremos aceites esenciales en el interior de la nariz, la garganta, la uretra, el recto o la vagina.
6. Aplicar aceites dermocaústicos sobre la piel caliente
Aceites dermocaústicos como las canelas (Cinnamomum verum o Cinnamomum cassia), el clavo (Eugenia caryophyllus), el orégano (Origanum compactum), ajedrea (Satureja montana) o tomillo timol (Thymus vulgaris) siempre deben ser aplicados diluidos. En función de la patología a tratar, la concentración será distinta, no es lo mismo un problema digestivo o uno muscular/esquelético. Pero aunque estén diluidos, tampoco los aplicaremos sobre la piel caliente. Por ejemplo, es muy agradable olfativamente hablando un aceite corporal especiado con un toque de canela. Pero no lo emplearíamos si hemos estado veinte minutos sumergidos en un agradable baño. La piel está caliente y los poros dilatados. No ocurriría lo mismo después de una ducha, que son muchísimo más rápidas.
En el caso de cometer este error, aplicaríamos aceite vegetal de caléndula, que es calmante o el aceite de oliva, sésamo o coco que tengamos en casa, así como gel de aloe vera o la pulpa de la planta si disponemos de ella. Al cabo de pocos minutos desaparecería la rojez e irritación y la piel volvería a su estado habitual.
7. Usar aceites esenciales puros sobre la piel
Cuando empecemos a trabajar con aceites esenciales, siempre los diluiremos en gel de aloe vera, mantecas o aceites vegetales. Existen aceites que pueden aplicarse puros como un árbol del té (Melaleuca alternifolia) en el caso de un granito o pupa en los labios o una lavanda (Lavandula angustifolia) para relajarnos antes de dormir. Se trata de aplicaciones puntuales y en zonas corporales no extensas. Si nos pica un mosquito podemos aplicarnos una gota de eucalipto azul (Eucalyptus citriodora), lavanda (lavandula angustifolia) o menta piperita (mentha piperita). Son zonas también localizadas y nos calmará el picor.
Un caso en el que sí debemos aplicar el aceite esencial puro es cuando sufrimos un accidente doméstico en casa, como puede ser una quemadura en la cocina o con una plancha. Nos aplicaremos espliego macho (Lavandula spica o latifolia) o lavanda (Lavandula angustifolia) puros cada 15 minutos la primera hora y luego iremos espaciando las aplicaciones una vez cada hora para finalmente, pasadas unas 5 horas, podremos hacer 3 o 4 aplicaciones diarias.
8. Difundir cualquier aceite esencial
Existen aceites olfativamente muy agradables y con propiedades muy interesantes pero dado su elevado coste, es aconsejable dejarlos para aplicaciones cosméticas y tópicas, restringiendo su uso en difusión.
Los aceites esenciales dermocaústicos no son adecuados puesto que irritarían la mucosa olfativa. Son los aceites indicados en el punto seis como las canelas (Cinnamomum verum o Cinnamomum cassia), el clavo (Eugenia caryophyllus), el orégano (Origanum compactum), ajedrea (Satureja montana) o tomillo timol (Thymus vulgaris)
9. Habla de aceites en general sin distinción de aceites esenciales o aceites vegetales
Aceites esenciales y vegetales son productos totalmente distintos. Si bien precisamos de aceites vegetales para poder diluir los aceites esenciales, éstos últimos se obtienen de las plantas aromáticas por destilación por arrastre de vapor de distintas partes de ellas, pueden ser los rizomas, las hojas, las flores, etc o por expresión en caso de los obtenidos de las cáscaras de los cítricos. Los aceites vegetales si son sustancias grasas obtenidas por presión de los frutos o semillas de plantas oleaginosas.
Si existe aceite esencial de lavanda, de azahar, de naranja dulce por ejemplo pero no existe aceite esencial de manzana, frambuesa o clavel porque sus plantas no son aromáticas. Tampoco existe aceite esencial de rosa mosqueta, término que suele verse en consultas de las redes. Si existe aceite esencial de rosa mosqueta pero no aceite esencial. Éste se extrae por presión en frío de las semillas que se encuentran dentro de los frutos de este arbusto.
10. Utilizar aceites esenciales obtenidos de cítricos puros sobre la piel y exponerse al sol
Los aceites esenciales obtenidos por expresión en frio de la piel de los cítricos son en su mayoría fotosensibilizantes. Pomelo (Citrus paradisii), bergamota (Citrus bergamia), limón (Citrus limonum), lima (Citrus aurantifolia) no debemos aplicarlos y exponerlos al sol. Podemos padecer irritación, manchas e incluso llegar a quemarse esa zona como en el caso de la bergamota principalmente. En verano podremos emplearlas pero se aconseja aplicaciones antes de acostarnos o bien esperar un mínimo de 6 horas antes de exponernos al sol, especialmente en países donde las temperaturas que se alcancen sean muy altas.
11. Ingerir aceites esenciales cuando no se dispone de conocimiento
La aplicación tópica es la vía principal de aplicación de los aceites esenciales. Habitualmente suele ser suficiente. No debemos ingerir aceites esenciales de forma indiscriminada y pensar que unas pocas gotas serán más efectivas si las ingerirnos.
En problemáticas determinadas como infecciones del aparato digestivo, urinario u otro tipo de infecciones, o en casos de insomnio severo, podremos ingerir aceites esenciales y siempre con un máximo de 6 gotas al día y bajo la supervisión de un profesional.
12. Emplear aceites sin conocimiento y que no estén botánicamente bien definidos
Debido a la complejidad molecular de los aceites esenciales, un mismo aceite esencial puede tener aplicaciones diversas. Por lo tanto, debemos conocer cómo aplicarlos, qué vías emplear y qué porcentajes de aplicación.
Pongamos el caso de la lavanda (Lavandula angustifolia. Es una aceite esencial que lo podemos emplear para tratar problemáticas relacionadas con el sistema nervioso como ansiedad, estrés, agitación, nerviosismo, insomnio, depresión, hiperactividad, híper-emotividad, pero también es adecuado para tratar el sistema muscular en casos de espasmos musculares, calambres, contracturas, problemas en la piel como acné, eczema, psoriasis, prurito, quemaduras, heridas, llagas, estrías, en tos, y migrañas cuyo origen sea nervioso.
Y comentaba que es importante que se encuentre botánicamente definido puesto que si no conocemos el nombre completo del aceite podemos emplear aceites de igual nombre pero cuya aplicación sea distinta. En otro momento hablaré del quimiotipo, pero ahora comentaré que no podemos quedarnos con una publicación que nos hable del aceite de romero puesto que existe aceite esencial de romero cineol, romero verbenona o romero alcanfor.
El romero cineol (Rosmarinus officinalis qt cineol) es expectorante y antiviral y apto para toda la familia
El romero verbenona (Rosmarinus officinalis qt verbenona) es mucolítico y protege y drena el hígado y no es adecuado en embarazadas y niños menos de 12 meses.
El romero alcanfor (Rosmarinus officinalis qt alcanfor) es adecuado para el sistema osteo-muscular pero no deben emplearlo las embarazadas, lactantes y niños menores de 6 años.
13. Tomar aceites esenciales en infusiones sin previamente haber sido diluidos
En el punto 4 ya hemos hablado del porqué no podemos incorporar al agua del baño aceites esenciales sin diluir. El mismo criterio debemos seguirlo en caso de infusiones. Cuando queramos prepararnos una infusión relajante por ejemplo, con un par de gotas de lavanda (Lavandula angustifolia) previamente, habremos disuelto el aceite esencial en un poco de miel o terrón de azúcar. Es más, también es de suma importancia no incorporar el aceite esencial inmediatamente después que el agua ha sido retirada del fuego. Recordemos que los aceites esenciales son sustancias astamenta volátiles y el calor hará que se evaporen con más rapidez. En consecuencia, nuestra infusión habrá perdido propiedades antes de tomárnosla.
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