El viaje a la Provenza francesa ha dado para mucho. Nuevas experiencias, nuevos conocimientos, nuevas ideas, nueva gastronomía.
La cocina mediterránea está llena de especias y condimentos y hoy te presento lo que para mí es un sabor de verano, una sal a la lavanda.
Si tienes la posibilidad de tener planta fresca tan solo debes dejarla secar durante unos días, triturarla y mezclarla con la sal que tú uses habitualmente.
Si no dispones de planta sabes que los preciados aceites esenciales, cada vez son más están utilizados en cocina. Un par de gotas de aceite esencial de lavanda en 100 g de sal será suficiente para aromatizarla y darle un sabor distinto, de verano a tus platos.
Ese aceite esencial que inhalas cuando quieres relajarte, cuando quieres conciliar el sueño, cuando cuidas tu piel, cuando tienes un dolor o cuando quieres aromatizar tu pelo
Que lo disfrutes
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