Aceites y ungüentos en el cuidado diario
El historiador griego Herodoto (siglo VI a.C) escribió:
“Sobre Egipto hablaré extensamente, porque en ningún otro lugar del mundo hay cosas tan maravillosas ni de grandeza tan indescriptible…”.
“Egipto es un don del Nilo. Los egipcios son los más inteligentes de todos los hombres pero todo lo hacen al revés. Los hombres se comportan como mujeres y las mujeres como hombres”.
Y también decía: "situaban la limpieza por encima del decoro".
Según el famoso historiador griego, los habitantes del país del Nilo tenían algo así como una obsesión por la higiene corporal, que al parecer se convirtió en un aspecto fundamental de sus vidas.
En todas las épocas, incluso en su máximo apogeo, Egipto ha fascinado. A sus contemporáneos griegos y romanos les asombraba su forma de entender el mundo, sus dioses, su sociedad, su organización social y su sentido de la estética, tanto estética personal como en el diseño de objetos de uso cotidiano.
La belleza y el cuidado corporal era para todos, sin diferencia de sexo.
Toda la población ya fueran clases alta media o baja usaba productos cosméticos y productos de belleza que consideraban indispensables.
Los hombres y mujeres se cuidaban y empleaban cosméticos, perfumes, productos para la higiene y maquillaje. Eran artículos de uso diario, muy preciados y sin los cuales no salían a la calle ni a sus actividades profesionales. Se sabe de la existencia de la primera huelga registrada en la historia. Se recogió en el Papiro de la Huelga de Turín y en quejas escritas en ostracones. En la aldea de Deir el –Medina vivían los artesanos que trabajaban en la tumba del faraón Ramsés III en el Valle de los Reyes. Llevaban días sin recibir su pago y se puede leer:
"Día diez del segundo mes de peret del año 29. Los trabajadores traspasaron los muros de la necrópolis (se pusieron en huelga) diciendo: tenemos hambre, han pasado 18 días del mes.
Previamente, los trabajadores se habían manifestado ante uno de los templos, donde les fueron entregados 50 panes, pero no fue suficiente, por lo que al día siguiente entraron en el templo diciendo:
..Estamos aquí a causa del hambre y la sed. No hay vestidos, ni ungüentos, ni pescados, ni verduras”.
Los ungüentos y el maquillaje se empleaban como medio de pago. Este hecho nos da a entender la importancia que tenían en la sociedad egipcia.
La cultura egipcia tenía un cuidado diario y total del cuerpo. Incluso los esclavos eran receptores de aceites.
Los esclavos tenían derechos legales, percibían salario y hasta podían ser ascendidos. Los dueños de los esclavos del servicio doméstico además de alojamiento y comida, estaban obligado a suministrarles una cantidad de telas, aceites y vestidos.
La belleza del cuerpo es tan importante como la belleza del alma porque la belleza tiene un carácter místico; lo impuro y la suciedad es anti armónico. La limpieza exterior es una manifestación de la limpieza interior.
En la visión egipcia el cuerpo y el alma están unidos.
El canon de belleza que tenían hace 5000 años era muy similar al que tenemos en la actualidad y en pinturas y grabados no veremos cuerpos decadentes.
Los egipcios fueron los más grandes fabricantes de productos cosméticos durante siglos.
Enviaban expediciones a otros países para conseguir materia prima como el incienso o la mirra.
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