La noche de San Juan es una noche mágica.
El solsticio de verano nos trae la noche más corta del año. Es una noche en la que reina el cava, la coca, los petardos y el fuego. Es éste un símbolo de renovación, que nos recuerda la fuerza y potencia del sol y que podemos usar para eliminar viejos patrones, viejos hábitos, viejas formas de entender el mundo y como no, viejos enseres, ropas y documentos.
Las hogueras permiten el simbolismo de deshacernos de todo aquello que ha quedado obsoleto en nuestra vida. No por ello no debemos agradecerle la utilidad que nos ha proporcionado pero es momento de mirar hacia delante, con nuevas perspectivas y con la vista en la experiencia del pasado para comprender los aprendizajes vividos.
También podemos utilizar la luz del sol para encontrar nuestra luz interior, nuestra fuerza y nuestra capacidad renovadora y de resurgimiento o simplemente
reconocerla, abrazarla y sentirla.
Nuestros queridos aceites esenciales pueden acompañarnos en esta noche de transformación, de destrucción y resurgir como el ave fenix.
Aprovechad y quemad todo aquello que ya no os sea de utilidad, aunque sea mentalmente!!!
Podemos crear nuestro propio ritual purificándonos, echando a la hoguera viejas pertenencias, ideas y formas de actuar perfumándonos con aceites que contribuyan a nuestro renacer.
Podéis encontrar a continuación algunas sugerencias.
Aceites esenciales para purificarnos:
- hisopo (Hyssopus officinalis ssp officinalis)
- eucalipto azul (Eucalyptus citriodora)
- lavanda (Lavandula angustifolia)
Para despiertar nuestra creatividad e inspiración:
- romero verbenona (Rosmarinus officinalis)
Para trascender los cambios y pérdidas:
- aceite esencial de ciprés (Cupressus sempervirens)
Aceites de elemento fuego, energizantes:
- canela (Cinnamomum verum). En este resurgir el aceite esencial de canela nos brindará vitalidad, motivación y fomentará nuestra creatividad.
- clavo (Eugenia caryophyllata) ayudará a aumentar nuestra fuerza interior y a darnos un empujón cuando sintamos que nuestras fuerzas flaquean ante los múltiples quehaceres diarios.
Y finalmente aceites que contribuyen a interiorizar, a meditar:
- sándalo de Indias (Amyris balsamifera)
- incienso (Boswellia carterii)
No podemos olvidar la planta de San Juan por excelencia, el hipérico (Hypericum perforatum). Podemos encontrar oleato, excepcional aceite vegetal para tratar quemaduras, golpes y dolores musculares y articulares. Si tenemos el privilegio de que crezca en bosques cercanos a nuestro domicilio o podemos desplazarnos a zonas donde podemos encontrarla, os aconsejo que recolectéis la cantidad suficiente para llenar un bote de cristal. Incorporáis aceite de oliva o girasol vírgenes de primera prensada en frio hasta cubrir toda la cantidad de planta y lo dejais a sol y serena durante cuarenta días. Pasado este tiempo lo filtráis con una gasa, filtro de café o un colador de tela y listo, nuestro oleato de hipérico estará preparado para su uso.
Desearos una feliz verbena. Chin chin.
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